El ex intendente de Almirante Brown, derrocado por la última dictadura militar el 24 de marzo de 1976, repasó en diálogo con De Brown su historia y los avances logrados en el distrito en materia de derechos humanos. A cuatro décadas del golpe cívico militar que infundió el terror en la sociedad, bregó por la consolidación de la Democracia.
Julio Busteros llegó a la intendencia, con 38 años, en septiembre de 1975. Duró en el cargo hasta el 24 de marzo de 1976, cuando fuerzas militares irrumpieron en su casa de Adrogué y se hicieron cargo, a la fuerza, del gobierno. Sin rencores por lo padecido, recuerda a las víctimas y su legado.
“A 40 años del golpe vemos que nuestro pueblo está haciendo uso de la Memoria, la Verdad y la Justicia. El recuerdo de aquella etapa vive en los chicos, en esta generación de argentinos que ha sabido recolectar parte de la historia que le transmitieron sus mayores”, consideró en diálogo con www.deBrown.com.ar.
El dirigente browniano fue candidato a primer concejal del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) en 1973. La nómina llevaba la fórmula presidencial Héctor Cámpora- Vicente Solano Lima. En el plano local, Roque Stefanelli se impuso como intendente, pero por un problema de salud debió declinar y lo reemplazó Busteros, en septiembre de 1975.
El 24 de marzo de 1976, fuerzas militares irrumpieron en la madrugada en su vivienda de Adrogué, lo detuvieron y trasladaron a una unidad que estaba bajo la dependencia del regimiento de La Tablada en Monte Grande, donde permaneció doce días. Para Julio este accionar no era nuevo, en 1957 había sido detenido durante el gobierno de la “Revolución Libertadora” por participar de una manifestación.
“Nosotros no nos sentimos victimas sino que somos parte de la historia y ellos (los responsables del Golpe) sabrán por qué lo hicieron, nosotros sabemos que queríamos una patria más justa y soberana. Queremos vivir en Democracia, por suerte hoy podemos hablar, disentir, pero gracias a la lucha que libraron nuestros compañeros. Hoy seguimos pidiendo una sociedad con mucha más igualdad, donde se ayude a los pobres”, sostuvo.
Como fiel militante político reconoce que eran conscientes de a quienes se enfrentaban. Sin embargo, no creían que la dictadura, con personajes siniestros, pudiera instaurar el horror, secuestros, torturas y asesinatos.
“El sentimiento es contradictorio porque recordamos a los desaparecidos en Almirante Brown, cerca de 110, de los cuales llegué a conocer a un 80 o 90 por ciento de ellos. Por eso, creemos que nuestra generación de alguna manera es sobreviviente de esa etapa tan oscura”, consideró.
“Hubo parte de nuestra sociedad que avaló la política que los comandante exhibieron en el plano político y económico”, advirtió en declaraciones a este medio.
Y agregó: “En Brown estamos empezando a tener conciencia de que no solamente la violación de los derechos humanos es algo que ocurrió en otro lado sino que pasó aquí”.
En ese punto, instó a profundizar algunos trabajos que se iniciaron en la Comuna, como la señalización de los lugares donde ocurrieron los secuestros y los exterminios; y las actividades de concientización en escuelas, instituciones y diversas entidades barriales.
“Actualmente vemos que hay una continuidad con respecto a lo que nos habíamos propuesto. Se esclareció parte de la historia de nuestro distrito, pero aún tenemos mucho por hacer. Hay que seguir con la tarea del cementerio de Rafael Calzada, donde se pudieron reconocer varios restos de compañeros”, manifestó.
A modo de cierre, explicó que hablar de la defensa de los derechos humanos excede la etapa oscura de la Dictadura. “La violación de ellos está viviente en la desigualdad social, en la pobreza, en la brecha entre ricos y pobres, está en el trato hacia la mujer. De todas formas, estoy contento por esta etapa que estamos viviendo, se que vamos a seguir avanzando”, concluyó.
